13 de octubre 2014
Del libro, ‘Tres Minutos para el Espíritu´
No le de miedo. Estirese sobre el duro suelo de vez en cuando. Verá que siente un saludable descanso. Pero si no se atreve a tanto, échese en un sillón o en un sofá o en su propia cama y suelte sus nervios y sus músculos, como un viejo muñeco de trapo o un viejo suéter de lana y diga despacito:
A veces siéntese en una silla como esas estatuas de deidades egipcias...con las manos sueltas, o si quiere con las manos sobre las rodillas y deje por unos momentos de pensar y preocuparse...de pronto hasta le llegará un suave sueño que le hará descansar.
Extienda sus piernas, suelte sus pies, sin tensión alguna...Vaya diciéndose suavemente: No siento mis pires, no siento mis rodillas, no siento mi estómago, no siento mi cuello...todo se irá aflojando y la tensión se irá alejando...Mueva la cabeza de un lado a otro para aflojar los músculos del cuello que están tan tensos...y vaya diciendo las palabras de Santa Teresa:
"Nada te turbe, nada te afane...nada te asuste...Sólo Dios basta.."
Respire hondo y profundo. Es el ejercicio preferido de los yogas de la india. Ellos saben por experiencia que cuanto más se respira hondo y profundo, más oxígeno llega al cuerpo y más vitalidad y paz habrá en el espíritu, y mayor calma en los nervios.
Trate de alejar la DEMASIADA SERIEDAD de su rostro. Piense en eliminar esas arrugas de EXAGERADA tensión que hay en su cara (Recuerde que su rostro no le pertenece. Es un regalo que les va dando a los demás. ¿Por qué regalarles algo TAN SERIOTE Y ANTIPÁTICO?). Piense si sus labios no estarán demasiado inclinados hacia abajo como con señales de tristeza y preocupación y disgusto. Si alguna vez se mira al espejo sea para averiguar si no será que por andar con demasiada preocupación se le está avejentando antes de tiempo su rostro. Una cara demasiado seria es algo que no le podemos aceptar porque VA CONTRA LA FELICIDAD de los demás y les hace más mal que bien. UN ROSTRO ALEGRE, ALEGRA A LOS DEMÁS.
1 comment:
Excellent
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