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Monday, November 23, 2020

Whatever You Do

Whatever You Do

November 23, 2020


“Whatever you do, work at it with all your heart, as working for the Lord, not for human masters.”

Colossians 3:23

 

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”

Colosenses 3:23

“Real living is living for others.”

“Realize that anything you want in life can be obtained by helping others get what they want...

Bruce Lee

as long as it is for the Glory of God, for the good of society, and for your own spiritual, emotional, personal and professional benefit. 

 

Grow in Faith

“Business is a “fiery furnace to principle.” Grow in your faith, prayer, and virtue through business and entrepreneurship

Edwin Freedley, 1853

Catholic author

 

Tuesday, July 16, 2019

Mi entrenador personal

Corintios 9:24-27 NTV
16 de julio, del 2019

Este versículo siempre me ha hecho reflexionar sobre mi pasión por la salud y nutrición y la competencia a nivel profesional cuando era una joven universitaria.

Corintios 9:24-27 NTV


Hace dos días precisamente una amiga me envió esta profunda reflexión a continuación sobre este tema

Cuando comencé a ir al gimnasio mi entrenador tuvo mucha consideración conmigo, era nueva y hacía buen tiempo que no practicaba ningún deporte. Dentro del primer mes y de a poco, el esfuerzo se hizo cada vez mayor, al igual que crecían el aliento y la paciencia de mi entrenador. Su propósito era ejercitar mi cuerpo para resistir el esfuerzo que vendría más adelante, con ejercicios cada vez más exigentes.

Un día después de calentar, él subió la carga más de lo que era normal para mí. Esto hizo que mi cuerpo se esfuerce mucho más, tanto es así que en los primeros minutos pensé que no iba a aguantar. Por momentos dejaba de pedalear, pero él al ver eso, volvía para alentarme y presionarme. Hubo un momento donde le dije: “¡No puedo más!” y quise parar, pero no me dejó y me dijo: “¡Nunca digas que no puedes, tú puedes!” Y se quedó conmigo hasta que logré completar el tiempo del ejercicio.

Estaba convencida de que no podía, pero necesitaba que alguien me motivara para efectivamente poder lograrlo. Los primeros pasos en los caminos de Dios, no son tan fáciles porque uno no tiene el cuerpo, la mente y el corazón, el alma y el espíritu ejercitados para lo que a Dios le agrada, sin embargo, su paciencia y amor hacen que poco a poco seamos transformados para lo bueno.

Suele pasar que con el correr del tiempo y en los momentos más críticos uno siente deseos de tirar la toalla, pero Dios hace como el entrenador, alienta porque sabe que al estar con Él, recibimos nuevas fuerzas.

Es importante nuestro esfuerzo, así como un entrenador exige el trabajo de un atleta, Dios también lo hace con nosotros: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor estará contigo en dondequiera que vayas.” El Señor es nuestro entrenador personal, siempre está a nuestro lado, sabe que podemos correr una milla más y que con esfuerzo podremos alcanzar la meta. Estamos en una carrera muy importante que determinará nuestro futuro eterno, esforcémonos y no descuidemos el ejercicio espiritual, de la oración, la lectura de la Palabra y el tiempo a solas con Dios.

Tampoco permitas que entre la duda en ti, ya que en todas las etapas, Dios está con nosotros, alentándonos a subir a otro nivel, porque Él, sí se puede. Tal vez te encuentres como yo en aquel momento, pensando que no podía, que no tenía más fuerzas, con dolor y con las ganas de abandonar.

Si esta es tu situación, piensa que no solo tienes el aliento humano de un entrenador, sino que tienes el apoyo de tu Padre que te da nuevas fuerzas.

 Di ahora mismo: “Hoy me decido sacar de mí vocabulario la frase, no puedo, porque creo que todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.”



Monday, December 10, 2018

Salmo 91 - Morando bajo la sombra del Omnipotente


Salmo 91 - Morando bajo la sombra del Omnipotente
December 10, 2019
91 “El que habita al abrigo del Altísimo
    Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación."

Psalm 91
1 “Whoever dwells in the shelter of the Most High
    will rest in the shadow of the Almighty.[a]
I will say of the Lord, “He is my refuge and my fortress,
    my God, in whom I trust.”
Surely he will save you
    from the fowler’s snare
    and from the deadly pestilence.
He will cover you with his feathers,
    and under his wings you will find refuge;
    his faithfulness will be your shield and rampart.
You will not fear the terror of night,
    nor the arrow that flies by day,
nor the pestilence that stalks in the darkness,
    nor the plague that destroys at midday.
A thousand may fall at your side,
    ten thousand at your right hand,
    but it will not come near you.
You will only observe with your eyes
    and see the punishment of the wicked.
If you say, “The Lord is my refuge,”
    and you make the Most High your dwelling,
10 no harm will overtake you,
    no disaster will come near your tent.
11 For he will command his angels concerning you
    to guard you in all your ways;
12 they will lift you up in their hands,
    so that you will not strike your foot against a stone.
13 You will tread on the lion and the cobra;
    you will trample the great lion and the serpent.
14 “Because he[b] loves me,” says the Lord, “I will rescue him;
    I will protect him, for he acknowledges my name.
15 He will call on me, and I will answer him;
    I will be with him in trouble,
    I will deliver him and honor him.
16 With long life I will satisfy him
    and show him my salvation.”