Marzo me tenía aterrada

Marzo me tenía aterrada

1ero de marzo del 2014

Gina Yoryet Román

Hoy es un día de las escasas veces que he escrito en español a lo largo de mi existencia. No es la inabilidad, solo es la pereza que me invade cada vez que hago un minúsculo intento, y el hecho de que tengo que detenerme cada momento que encuentro una palabra que creo que lleva acento. “¿Dónde  tiene que estar, en la ´m,´en la ´p,´o en la ´ñ´? ¡Qué flojera!” Por eso prefiero la simplicidad del inglés.

En fin, no pierdo nada con experimentarlo de vez en cuando...

Todo enero me reiteré una y otra vez, “Tienes hasta el primero de febrero para volver a tu rutina física.” Pero estaba muy lejana de sentirme mentalmente preparada. Ese primer día del segundo mes del año en curso aterrizó más pronto de lo que me imaginaba y entonces mi meta fue aplazada al primero de marzo. Mientras este día se acercaba más y más, yo más me rehusaba a asimilarlo y a aceptarlo y más entraba en pánico al solo pensar en levantarme a las 4:30 de la mañana para estar quemando esta chica que no me deja (esta chica panzota...bueno panzita. ha, ha, o ¡ja, ja!)  a las 5 de la mañana después de haber orado por unos minutitos. 

A lo largo de febrero entre más pensaba en mi rutina anterior, mi mañosa, engañosa, negativa y  pesimista mente me convencía a gritarme internamente, “Olvídalo, no puedes, jamás lo vas a volver a lograr porque tu nivel enérgico está por los suelos, ya no te coces al primer hervor, tienes 10 libras de más, ya perdiste toda tu fuerza, ya no tienes la misma voluntad y disciplina que hace diez, quince años, aún no te recuperas de la operación al 100%, tus días tan largos te van a dejar más agotada todavía, te vas a dormir cuando manejes en la carretera.” Un día prácticamente tuve que salir huyendo de mi misma porque no aguante ni un jitomatazo mental más. 

Después de haber vivido mi propia telenovela imaginaria, me lo creí todo pero lo bueno fue que un par de días después me tuve que obligar a despertar y volver a empezar. Entonces ahora al acercarse marzo, especialmente esta semana que me tuve que levantar a las 5 de la mañana dos días seguidos, y en particular hoy que me levanté a las 5:40 para ir a sudar un rato en la caminadora antes de ir a clase, me mentalicé y estoy lista. De hecho escribí estas reflexiones durante clase, aprovechando que mi estudiante estaba escribiendo un ensayo. Pensé, tengo varias opciones, me hago pendeja, cuento moscas, me cabeceo, pero no se verá profesional, leo un rato, no traigo un libro ni una revista, ok, aprovecho y escribo ya que me espera un largo día.

Cuando estaba en la caminadora me sentí preparada para tomar ese gigante primer paso, en esos minutos todos mis miedos y dudas se disolvieron instantáneamente y así es, tanto que son las 4:30 y todavía tengo pila para rato. 

Tengo que estar consciente de que unos días serán más pesados y abrumantes que otros pero nada ni nadie me hará detenerme. Como la vencedora de mil batallas que siempre he sido, una lucha más es algo a mi favor y puedo vencer mil más...bueno no tantas, tal vez solo cien. No sé como voy a lograrlo, sólo sé que siempre voy a seguir dando guerra con mi escudo y mi espada, mis pasiones que me rigen como ser humano, y los cuales revelarán mi propósito un día no muy lejano. Mis ABC´s: La espiritualidad, mi familia, mi trabajo y profesionalismo, la salud y nutrición, el trabajo caritativo, la lectura, el maravilloso juego de las palabras, y la simplicidad de la vida.

Todo esto en conjunto es el motor que me ha llevado de la mano toda la vida a acercarme día a día a ser la mujer que un día quise ser...

¡Logré escribir mi primer post en español después de haber consultado a mi fiel amigo google un millón de veces, y aún así, sigo con otro millón de dudas!