El Arte de la Restauración
4 de marzo de 2016
Autora: Gina Yoryet Román
Artículo escrito originalmente el
21 de febrero de 2016
Artículo escrito originalmente el
21 de febrero de 2016
Estos tiempos al acercarse semana santa, siempre son
una reminiscencia para tratar de trazar mis fallas y luchar contra mi rival más
fuerte – Yo – con el fin de mejorarlas. Como ser humano que
fracasa día a día muchas veces siento que no soy merecedora de otra oportunidad
de Dios y de nuestra madre del universo – la Virgen María. Más no debo dejar
que mi mente se inunde de pensamientos no gratos ya que Dios es amor y perdón. No
obstante, esto no significa que debo seguir cometiendo faltas deliberadamente
que vayan en contra de mi fe. En cambio es mi deber como ser humano imperfecto
tratar de mejorar mis desperfectos.
Esto me recuerda a una lectura que leí hace un par
de semanas que me hizo reflexionar sobre Kintsukuroi, el arte japonés de reparar la cerámica. Cuando un
alfarero (ceramista) hace un tazón, lo hace a mano, lenta y minuciosamente con barro
maleable. Al terminarlo es considerado como una escultural y verdadera obra de
arte. De la misma forma, nuestro creador nos diseñó meticulosamente. No para
encajar con la belleza superficial mundana, sino para cumplir con su voluntad.
En cuanto a Kintsukuroi,
el alfarero se enorgullece de presenter esta belleza en su forma más pura. Pero
pensemos ¿que sucedería si esa delicadeza se hiciera trizas al caerse? ¿Cuál
sería nuestro primer impulso? ¿La repararíamos? ¿La consideraríamos tan linda y
delicada como al principio después de hacerse pedazos? ¡No
lo creo! La desecharíamos y compraríamos otra en lugar de repararla y elevarla a
un nuevo nivel para poder apreciarla por haber sobrevivido.
En japón a mediados de los años 1500 se les dio un nuevo
significado a los tazones rotos, cuando son enmendados su misión es
tergiversada y se aprecian aún más. A menudo las fisuras se rellenan con oro
porque los japoneses creen que cuando algo ha sido dañado deja una historia
atrás, se considera más hermosa por haberse roto y enmendado. Después de esta
caída es más resistente y este incidente define el verdadero propósito de este
objeto. Este cuerpo cobra una nueva finalidad, su misión comienza en el momento
que se fraccionó en pequeñas partículas.
De la misma forma cuando los seres humanos nos equivocamos
ya sea espiritual, emocional, física o económicamente, nuestra engañosa y
engatusadora mente, nos lleva a creer y sentir que no valemos nada. Sin
embargo, nuestro supremo nos da el regalo de la vida y cada amanecer nos brinda
muchas oportunidades. Él no nos desprecia y mucho menos nos desecha porque ya
no servimos. De lo contrario, si nos arrepentimos verdaderamente de corazón, él
pasa por alto nuestros errores, horrores, atrocidades, barbaridades,
vulgaridades, pecados y demás.
Él considera cada grieta y fisura como una posibilidad de
redimirnos y acercarnos a él para encontrar el camino no elegido por la mayoría
de la población a nivel mundial – el camino hacia Dios. El mundo donde es
difícil, pero no imposible, mantener una mente firme, un espíritu limpio, un
corazón fiel, y una alma pulcra, en un cosmos donde la corrección política es
obligatoria, cuando se retira a Dios de todos los lugares. En una sociedad
donde todas las impurezas y desfachatezes se imponen ante lo verdadero. En un planeta
donde la mayoría se deja llevar por sus arrebatos carnales, banales,
materiales, y no están dispuestos a negarse a sí mismos. En una humanidad donde
el término ‘Yo,’ es soberano y donde cada vez su mayoría está alejada de Dios y
donde día tras día el abismo entre la fe y los humanos crece más. En una tierra
donde el temor por defender nuestra religion abunda. En una humanidad donde los
altibajos nos llevan a ‘perder la fe cuando desde el principio no se dedica el
tiempo, esfuerzo y energía necesarios para fortalecer nuestra relación con
Dios.
He conocido a muchas personas que han sufrido por la pérdida
de un ser querido, por problemas económicos, físicos, emocionales, etc. Gente
que está destrozada por varias razones. Algunas se recuperan y se acercan más a
Dios, pero muchos se niegan la oportunidad y se engañan a sí mismo inclinándose
a lo ‘más fácil,’ - lo mundane. Para los que se recuperan y ponen a Dios ante
todo, sus fisuras e imperfecciones definen su verdadera finalidad concedida por
él a su tiempo a su manera – sus grietas concretan la belleza y valor en sus
formas más puras, el encanto de Dios.
Por este efecto es nuestro deber inculcar y guiar a futuras
generaciones hacia la verdad. A vivir una vida sin miedos defendiendo nuestra
religión muy a pesar de lo que los demás piensen de nosotros. A enseñar a
nuestros niños y jóvenes a tener fortaleza y convicción para luchar y prevalecer.
También es de suma importancia infundir lo siguiente:
Lo primordial es la espiritualidad
para encontrar tan añorada armonía la espiritualidad es lo esencial. Para poder
encontrar todo tipo de éxito se necesita un cuerpo sano; para poder tener un
cuerpo sano, es necesario tener una mente sana; para tener una mente sana y
equilibrada, se necesita fe. Por esto es sumamente importante resistir estos
tiempos tan duros y creer y aceptar que todo lo que ha acontecido en cada etapa
de tu cruzada – como tu formación, tu pasado, tu vida a hoy en día, tu entorno,
tu profesión, tu salud y pasatiempos – ocultan un razonamiento hacia la única
realidad – la verdad. Por lo tanto tú tienes derecho a la llave que te guiará
hacia las respuestas. Así que no tendrás que divagar muy lejos por mucho tiempo.
Tu relación espiritual en conjunto con tus fisuras, te ayudarán a mantener tus
pies en la tierra, pero es tu deber aferrarte a Dios con todas tus fuerzas bajo
cualquier acontecimiento.
Siempre ten en mente que tu fe y tu
relación con Dios son sustanciales. No puedes decir que Dios te ha abandonado
cuando no has tomado tiempo para hacer crecer y mejorar tu relación con él.
Ten en mente que cualquier tipo de
relación require dedicación, tiempo, devoción, lealtad, esfuerzo, energía,
amor, cariño y transparencia. Por ejemplo, para poder tener un jardín bello y
grande, las flores, frutas, verduras y árboles que plantas necesitan de tu
cuidado. Por lo tanto tienes que regarlos, cuidarlos, brindarles cariño y
tiempo constantemente. No puedes esperar que dejando de cuidarlas florecerán.
En intercambio de esto, este regalo de Dios a la humanidad te brindará un aire
más puro para respirar, uno de los mejores obsequios – la gracia de la
naturaleza. Esta aventura de amor es tan importante como cualquier relación de
Dios en la que estás. Ya sea la de cónyuge, la de hermano, de padre o madre o
cualquier relación natural, la llama tiene que mantenerse viva con el fin de
que sea eterna. De acuerdo con esto, la relación personal entre tu yo interno y
externo, es el primer y más importante elemento clave para alcanzar la estabilidad
emocional.
Siendo así, ¿Por qué no usar el
poder divino para aliviar todas tus emociones negativas. La oración es el
sustento emocional más poderoso del universo, pero tienes que cumplir con él y poner
de tu parte. Por ejemplo, los atletas competitivos de alto rendimiento son buen
ejemplo. Portan la vestimenta adecuada digna de concursantes profesionales, y
hacen un excelente esfuerzo en mantenerse en buena forma física. Sin embargo,
muchos de ellos anhelan la aptitud mental que es tan importante para competir
por la Gloria del cielo. Si su mente no se entrega del todo a esta aventura
espiritual, siempre perderán. Quizá te preguntas, “¿Qué ganan con esto?” Su
ganancia no tiene nada que ver con lo material, más bien acumulan algo más
profundo – la paz emocional y la simetría cuando no pueden luchar contra la
vida y sus circunstancias.
Ahora es momento para iniciar una
vida pulcra y entregada a nuestra religión y obrar, pensar, hablar, escuchar,
sentir, oler, hacer todo con amor. A unirnos más y rezar con más devoción. Hoy
en día es momento de en lugar de preguntarte, “¿Dónde está Dios cuando más lo
necesito? Consulta a tu almohada, llega hasta el fondo de tu corazón y
pregúntate esto, “¿Dónde he
estado yo, que fisuras tengo que restaurar, y que he hecho para merecer la Gloria del
cielo?”
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